domingo, 2 de octubre de 2011

Noches frías...

Ya llega el frío, los días son más cortos, las noches más largas. Ya no entra esa luz de verano por mi ventana... Al caer la noche, enciendo el fuego, me meto en la cama, y no, no puedo dormir. Me quedo mirando fijamente las pequeñas llamas de fuego que salen de la chimenea, la habitación empieza a calentarse, todo es demasiado acogedor, pero no, no puedo dormir. Si acaso oigo algún búho en esta fría noche, pero está todo tranquilo, silencioso, ya no cantan los grillos, ya no salen las luciérnagas...
En parte amo este frío, me hace ponerme ante la chimenea, y mirando por la ventana las gotas de lluvia, o los copos de nieve, me relajo, y sólo me fijo en la belleza de la naturaleza. Me hace pensar, recordar, me tranquiliza, me hace sacar mi yo más interior, y profundizar sobre mi ser...
Se podría decir que el frío a veces se llega a amar.