Es medianoche, una pesadilla me despertó, uno de esos sueños malos que te quitan las ganas de volver a dormir, y te desvelan sin remedio. Está todo tranquilo, me alumbra la luz de la luna que entra por la gran ventana. Pero ese mal sueño pasó en el momento en que desperté.
Al abrir los ojos y verte, lo único que me apetece es abrazarte, sentir tu calor, sentir que estas a mi lado, sentir que duermes en mi cama, que eres dueño de mi alma... Abrazarte fuerte, sentirme protegida, y no querer soltarte, porque a tu lado me siento una princesa, tú me haces sentir así, una gran princesa.
Te abrazo tan fuerte que te giras, abres tus ojitos, me ves, me sonríes, y vuelves a dormir. Yo, sigo desvelada, mirándote, mirando como duermes, acariciando tu cuerpo, mimándote, y cuidando de tus sueños, al igual que tú me cuidas.
Saber que sólo ha sido un mal sueño y olvidarlo a tu lado, apoyo mi cabeza en tu pecho, noto tus latidos del corazón, tu respiración tranquila, y relajarme, relajarme sabiendo que estoy abrazada a lo que más quiero, tú. Y saber que estás ahí en todo momento.
