jueves, 3 de febrero de 2011

Desde mi ventana...

Estoy despierta, dando vueltas en la cama, sin poder dormir. Miro el pequeño reloj colocado cuidadosamente sobre mi mesa: son las tres de la mañana. Me pregunto porque no puedo dormir, llevo un rato preguntándomelo, hasta que caigo en la cuenta de que sí, efectivamente, hoy es noche de Luna llena. Desde siempre me ha afectado mucho, no me deja dormir, me hace estar, aveces irritable, y otras, muy impasible antes las cosas. No había caído en la cuenta de este acontecimiento, ahora lo entiendo todo... Pero estoy cansada, quiero dormir. Cierro los ojos una y otra vez, pero nada, me es imposible dormir...
Decido levantarme de la cama, no hago nada ahí tumbada. Me apetece un vaso de leche, mmm... si, me pondré un vaso de leche calentito. Pero... cuando me levanto de la cama y miro hacia la ventana, ahí está, tan redonda y blanca como siempre, tan brillante que ilumina mi habitación entera sin necesidad de encender la luz. 
Entonces es cuando me atrapa. Me quedo anonadada frente al cristal de la ventana, mirando su tremendo esplendor. Inconscientemente, cojo una silla y me siento frente a ella. Entonces se me vienen recuerdos a la cabeza, recuerdo de cuando era niña y también miraba la luna desde mi pequeña habitación, recuerdos de cuando aún ni siquiera sabía que la Luna estaba más presente en mí de lo que creía, en fin, recuerdos.
De repente vuelvo en mí, y me giro para mirar el reloj, las cinco menos cuarto. ¿He estado más de hora y media mirando esa cosa redonda que brilla ahí arriba?. Sí, creo que sí. Ya apenas tengo ganas de ese vaso de leche calentito... creo que me iré a la cama de nuevo, aunque sé que no conseguiré dormir. El resto de la noche será demasiado larga....


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