lunes, 18 de junio de 2012

Preciosa lluvia nocturna...


Me despierto, miro el reloj: la una y media de la madrugada. 
Me he despertado de una forma serena, relajante… las gotas de lluvia golpeándose contra el cristal de la gran ventana de nuestra habitación. De fondo, algún que otro trueno. Me quedo sentada en la cama, viendo cómo, cada vez, hay más gotitas de la preciosa lluvia resbalando por el cristal. La lluvia era de esperar, precedida por un intenso viento, ese viento típico de tormenta en la noche. Pues si bien, la lluvia me ha despertado, y de una manera muy agradable… Ese sonido me relaja, me mece, me incita a quedarme sentada, mirándola, sin hacer nada, sin pensar en nada, sin ni siquiera despegar la vista de la ventana. 
Y es que… ¿A quién no le gusta el sonido de la lluvia? Cada vez va a más, cada vez pega más fuerte contra la ventana, y cada vez me sienta mejor. Me tumbo mirando la ventana, respiro hondo, no pienso en nada, sólo escucho.
No creo que me vuelva a dormir ya, no al menos mientras estas preciosas gotitas sigan cayendo, regalándome esta preciosa canción.

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